lunes, 26 de mayo de 2008

Con barro hasta las orejas y maldiciendo la civilización

Sábado, 9 de la mañana. Llevo un rato dando vueltas en la cama, abro medio ojo y noto como la luz del Sol se introduce por la entreabierta persiana de mi habitación. ¿Sol? ¡Sol!

Tras dos semanas de mal tiempo amanecía de una vez con buen tiempo. Había que aprovecharlo y una hora más tarde estaba de nuevo en el Parque de Cabecera con rumbo hacia La Cañada.

Sí, el Sábado conseguí encontrar el camino que buscaba el Jueves y como había deducido aquel día, me había quedado muy cerca en mi primer intento. Al fin llegué al camino de tierra que bordea Quart y Manises y por el que, más tarde, se baja al río Turia.

Todo estaba muy encharcado, al principio intentaba bordear los charcos o, si no había posibilidad, cruzarlos lo más despacio posible. Poco después me dí cuenta de lo estúpido de esa estrategia y pasé a disfrutar como un enano cruzando los charcos sin inmutarme.


Más arriba me encontré con obras en el mismo cauce y me entristeció ver como se habían cargado una de las zonas más divertidas de esa ruta. Se trata de un tramo bastante estrecho que discurría entre cañizo que de vez en cuando golpeaba tu casco por su baja altura. Ahora hay una pista bastante ancha, con bastantes papeletas para ser asfaltada y eso incluye la zona de arena fina que había después, en la que te quedabas atascado, la angosta subida en la que los novatos echaban pie a tierra y la bajada posterior que discurría entre unos pocos arboles hacia una zona donde había colmenas. ¡Maldito progreso! ¡Maldita civilización!

sábado, 24 de mayo de 2008

Perdido en las cercanias de Paterna

El Jueves terminé medio perdido en algún punto situado entre Paterna y Quart. Se suponía que tenía que llegar a un cruce conocido entre Manises y Paterna y la verdad es que viéndolo después en Google Maps me quedé muy cerca y creo que ya lo tengo claro para la próxima vez. En fin, se hacía tarde y no había mucha luz así que las ganas de explorar se agotaron rápido.


De vuelta por el río surgió lo que podría llamarse "globero picado de antiguo cauce del Turia" Esa fauna parece estar esperando entre árboles a que aparezcas para arrojar el hígado adelantándote. Pues el pavo me adelantó con su bici cochambrosa de hace 15 años y pasé de él porque tenía que girar para abandonar el carril bici y meterme por la zona de arbolado y así "creerme" que estaba en la montaña. El caso es que él siguió por el carril bici que es plano y discurre en linea "recta" por el río y yo iba en zig zag y subiendo y bajando cuestecillas. Dos kilómetros después vuelvo al carril y oigo el ruido de un perseguidor, me giro y... ¡coño! ¡El globero! Que poco le había durado el ritmillo, cosa que confirma mi teoría sobre esta fauna de picados de río.

Pero lo mejor, o peor según se mire, estaba por venir. Llegaba a la esquina de mi calle bastante rápido y repentinamente un todoterreno aparcado delante empieza a acelerar fuertemente en marcha atrás.
¡Mierda!
Pensé, pero lo esquivé fácilmente porque el pavo iba embragado. La cosa no acababa ahí, sobre el capó del motor una mujer se agarraba mientras gritaba
!No! ¡No!
En un primer momento me pareció que la mujer se reía y que todo debía ser una broma. Justo entonces, nada más esquivarlos, tenía el coche detrás ya no iba marcha atrás y con el motor chirriando a tope ¡Brrrrrrrrrrrr! y la mujer ahora gritaba
¡No te llevarás a mi hija! ¡No te la llevarás!
Y no dejaba de repetirlo

¡Mierda!
Volví a decirme a mi mismo mientras pensaba egoistamente que como se librase de la mujer pasaría por encima mío sin bacilar. Me quité del medio y muy nervioso intenté llamar al 112 pero mi teléfono se apagó debido a algún bug del Nokia Sports Tracker. El teléfono tardaría bastante en encender pero afortunadamente salió gente de todas partes y el vehículo estaba rodeado, no pasaría nada. El final de la historia lo desconozco ya que al ver que la cosa se calmaba ligeramente opté por no quedarme de mirón.



martes, 6 de mayo de 2008

El invento en cuestión

Mi buen amigo Yorch me pidió unas fotos del artilugio, no es de extrañar porque él ya intentó montarse algo así. A riesgo de parecer un friki he sacado un par de fotos que voy a adornar con unas cuantas lineas.

Como dije hay dos problemas básicos:

1- Las vibraciones
2- El ángulo del objetivo.
3- El Maikelyakson. Nooooooooooooooooooooooooo!

Además recuerdo que la funda tiene un paso para cinturón que yo aprovecho para pasar el cierre de pecho de la mochila de hidratación.


Para eliminar las vibraciones hemos de conseguir que la cámara esté firmemente pegada al pecho. Esto se consigue con la correa de la propia funda con la que rodeo mi espalda a una altura más baja que la posición de la cámara (tensión hacia abajo). Por otro lado me conseguí una segunda correa (de teléfono móvil) que me paso por detrás del cuello (tensión hacia arriba). Así conseguimos un efecto similar al de los anclajes de una tienda de campaña. ¡Ojo! no seáis brutos tensando porque cargaréis vuestro cuello. También he de decir que yo sólo pongo en uso estas correas en el momento en el que quiero grabar algo.



Llega el momento de obtener un buen ángulo. Para empezar podemos cortar un trozo de espuma en forma de cuña que introduciremos en la funda y modificará la posición de la cámara. Finalmente ato una tercera correa, la de la cámara que normalmente usaríamos para rodear nuestra muñeca, a uno de los pasos del tubo del agua de la mochila (el situado más arriba). Estando de pie el objetivo debe apuntar bastante alto.

Y eso es todo. Quedaría muy profesional tener una cámara lápiz ajustada a algún punto del cuadro pero entonces este blog no tendría el nombre que tiene.

lunes, 5 de mayo de 2008

Segundo intento de ruta

Llegó el Domingo y con ello el segundo intento de alargar la ruta por La Punta. Sin embargo estaba un poco desmoralizado y opté por cambiar de estrategia: buscaría una ruta más corta. En vez de subir la montaña por donde siempre y después volver en dirección contraria, dejaría la montaña a mi derecha y seguiría una carretera que presumiblemente la bordeaba. Si todo salía bien llegaría a la misma carretera del día antes pero en un punto inferior, ascendería un poco y encontraría el cruce donde terminé el Sábado. Sería entonces cuando subiría la montaña por la cara fácil y el resultado sería una ruta casi circular.


Pero 6km despues de la salida, a la altura de Kerlux, vuelvo a percibir el ruido y recuerdo mi incumplida promesa de revisar la Merida en casa. El ruido sólo se producía cuando dejaba de pedalear así que dando un vistazo sobre la marcha a mi rueda trasera me doy cuenta de que está hecha un ocho. Me detuve y comprobé los radios. Todo en su sitio, no habían radios sueltos, así que decido continuar y no hacer mucho el bestia.

A partir de ahí las cosas van más o menos bien, mi orientación no falló y realmente la carretera bordeaba la montaña. Subo por la carretera que une Vall de Uxó y Chilches y encuentro el cruce del día anterior.

Tras tomar el cruce y ascender llegó el momento de colocar la cámara para grabar la bajada. Ya había cogido práctica así que antes de darme cuenta estaba comenzando a bajar, dejándome caer, trazando tranquilamente sin coger velocidad. Una curva a derechas, una pequeña recta y una curva a izquierdas. Me abro para tomar la segunda pero estúpido de mí me meto en una pequeña zanja de forma innecesaria. Al tomar la curva noto un sonido extraño... la rueda estaba en el suelo y al parar me doy cuenta de que un radio estaba partido.



¡Maldición! Aún quedaba el descenso fuerte. Lo tendría que hacer con extremo cuidado. No quedó otra, un "rac" "rac" continuo me recordaba el estado de mi rueda trasera así no era el momento de hacer el idiota y bajé a 30km/h por donde la semana anterior iba a 60.

No me quedaba cámara de recambio ni kit de reparación así que me concentré en no pillar ningún hoyo y conseguí volver a casa.

domingo, 4 de mayo de 2008

Intentando crear una ruta

Después de las pruebas de la mañana, el Sábado por la tarde intenté volver al mismo lugar de la semana anterior. La idea era alargar el recorrido enlazando con alguna otra loma.



Por desgracia la cosa no empezaba bien, sin comerlo ni beberlo las pruebas de la mañana habían resultado en una distancia de 27km así que no tenía muchas ganas de aventura.

Baje la montaña por la cara sur y seguí una carretera comarcal para ver a donde llegaba, me topé con un cruce con una carretera con tráfico y decidí dejar eso para los ciclistas de carretera.



Sin ganas ni tiempo volví sobre mis "pasos" y volví a hacer el fuerte descenso pero con más calma. Poco después, y ya en llano, empecé a oír un ruidillo periódico que me dio muy mala espina. "Esta vez he roto algo" pensé. Después de una breve parada en la que no encontré nada decidí revisarlo más tranquilamente en casa ya que me quedaban unos 5km para llegar. Por supuesto que un globero como yo olvidó por completo la revisión y eso tendría sus consecuencias al día siguiente pero eso es otra historia.

Probando el nuevo acople mi cámara digital

Aunque el título de este post iba a ser "Probando la cubierta Continental Vertical", en honor a mi recién adquirida cubierta delantera, el Sábado también estrenaba un nuevo invento para acoplar la cámara digital. Consiste en una funda de cámara perforada para que sobresalga el objetivo (idea original de Yorch). La funda tiene un paso para cinturón pero yo lo utilizo con el cierre de la mochila, así me queda a la altura del pecho.



Al final no puedo engañarme a mi mismo y realmente a lo que dediqué la mañana fue a ajustar el artefacto. Para ello escogí la zona sur de la Playa de Móncofar ya que podía simular una especie de circuito en el que tenía un camino de tierra que llegaba hasta unos escalones. La intención era probar por un lado las vibraciones en caminos y por otro los impactos de los escalones.

La primera prueba fue desesperanzadora: multitud de vibraciones y la cámara saltando de un lado a otro. Rápidamente comprendí que tenia dos problemas:

El primero consistía en fijar firmemente la cámara al cuerpo para eliminar los temblores.

El segundo era conseguir el ángulo adecuado para que cuando me situase en la posición normal de marcha la cámara enfocase al lugar deseado.

Las vibraciones las eliminé rápidamente gracias a que la funda que compré tiene dos anillas laterales y con la correa ajustada a mi espalda consigo que no se separe de mí. Luego tuve que añadir una segunda correa para que ejerciese fuerza hacia arriaba. El efecto conseguido es algo así como el de las cuerdas de una tienda de campaña.

Para obtener el ángulo correcto utilicé la propia correa de la cámara (la destinada a pasar por mi muñeca). La tiré hacia arriba y la até a uno de los pasos del tubo del agua de la mochila, tensando lo necesario para que el objetivo apuntase bastante alto.

Al final el resultado fue bastante bueno: las vibraciones desaparecieron y la única pega que queda es acertar con el angulo ya que vas a ciegas.



¡Ah sí! La cubierta va de puta madre.

jueves, 1 de mayo de 2008

MTB por El Vedat el día de los trabajadores

¿Hay mejor forma de empezar un festivo que con una salida mtb? Si tu respuesta es sí, francamente, no me interesa. El caso es que Diego, Elías y yo nos hemos plantado una vez más en El Vedat a dar una vuelta por la ruta de senderismo existente.



Todo ha empezado bastante normal hasta que se me ha ocurrido sacar el inventillo de la semana pasada para acoplar la cámara al manillar. A partir de ahí hemos intentado rodar unas cuantas escenas pero hay que reconocer que no han quedado muy bien. La cámara va demasiado suelta y vibra en exceso.



El caso es que me he visto obligado a seguirlos de cerca para poder obtener las imágenes, cosa que normalmente no consigo. Pero hoy el deber era el deber y he estado pegado a ellos tanto en las zonas rápidas como en las ligeras subidas. Claro que iba perdiendo el culo, ahogado, arrojando los pulmones por la boca y finalmente el agotamiento ha hecho que me comiese un árbol. Mi hombro izquierdo puede dar fe de ello, en ese momento la memoria de mi cámara se había agotado así que no quedará para lo posteridad.

En fin que ya tengo la solución para poder seguirlos de cerca: llevar siempre la cámara puesta.